miércoles, 18 de abril de 2018

Curso de Introducción a Blockchain


Por razones que son dignas de un post aparte (atentos a mi LinkedIn porque seguro aparece ahí antes) he podido gozar de unos días de maravillosas vacaciones las cuales he aprovechado para poder hacer proyectos que me ilusionaban mucho.

Hoy os quiero presentar uno de ellos finalizado y aprobado, ya esta disponible mis primer curso de

Introducción a Blockchain



Curso que esta enfocado a todo tipo de públicos:
  • Empresas: Tanto para adoptar la tecnología en sus procesos como para poder desarrollar proyectos propios, es fundamental entender las partes que la conforman y como encajan entre ellas.
  • Inversores: Las criptomonedas son un activo de muy alto riesgo pero también de altas ganancias, es por ello que atrae a un gran numero de inversores por todo el mundo. Pero sin entender la tecnología que soporta dichas divisas, estos inversores irán ciegos. Pudiendo cometer grandes errores al apostar por nuevas monedas que tecnológicamente no aportan nada. Sin este curso no serán capaces de detectarlas.
  • Estudiantes e investigadores: Los desarrolladores de Smart Contract son los más buscados y mejor pagados del momento. No se puede investigar ni desarrollar sin comprender las bases.
Si entráis en el curso podéis ver el índice del mismo completo y un video de promoción explicando todo lo que se verá en el mismo.

Me ha costado mucho trabajo e ilusión hacerlo, espero que os guste.

lunes, 16 de abril de 2018

Cambridge Analytica, Big Data y las leyes que nos “protegen”


Si estás leyendo este blog, sin duda estarás enterad@ del mediático vodevil de Mark Zuckerberg en el  senado estadounidense con la filtración de datos a Cambridge Analytics. El mismo senado que se vio favorecido precisamente por esta compañía de cara a las elecciones de Trump. La cuestión que quiero plantear aquí es hasta dónde estamos protegidos legalmente de cara a estas filtraciones, pero antes ¿Quiénes son y de qué son capaces estos Cambridge Analytica?

Nos dice la Wikipedia que son una compañía que se dedica a explotar masivamente datos, a priori inofensivos, para obtener unas conclusiones de tipo electoral que, a priori de nuevo, no son tan inofensivas. Hoy (aunque cada vez más ayer) nos encontramos en la explosión del Big Data. Un mundo que rompe con el paradigma creado por el Business Intelligence como ciencia informativa que nos arroja luz sobre, no sólo lo que está pasando en el momento, sino sobre el por qué está pasando y hacia dónde evoluciona.

Resultado de imagen de Cambridge Analytica
Nadie había pensado al registrarse en Facebook que Cambrige Analytics, con entre 100 y 250 likes puede predecir la orientación sexual, el origen étnico, opiniones religiosas y políticas, el nivel de inteligencia y de felicidad, si consume drogas, o si los padres están separados. Con tan solo 150 likes, los algoritmos pueden predecir el resultado de un test de personalidad mejor que tu pareja. Y con 250 likes, mejor que tú mismo. Prácticamente casi todos los datos que la LOPD considera de nivel alto.


Otra de las consecuencias del Big Data que han aprendido a la fuerza los científicos de datos es que no se puede esperar de antemano un resultado de los análisis, incluso cuando estamos analizando cuestiones tan peregrinas como las causas de éxito o fracaso de una campaña de marketing marketing.

Me viene a la cabeza un excompañero de clase que trabaja en una entidad que gestiona muchísimos fondos de inversión y descubrió que, por casualidad o no, que uno de los factores de éxito de los fondos era que su nombre empezase por la letra B. Obviamente no era el único factor, pero eso no lo hace menos sorprendente e inesperado. 

¿Y dónde entra aquí el impacto a la legislación?

Por todo aquel que esté cerca del mundo de la seguridad de la información es bien sabido que los organismos legisladores van siempre varios pasos por detrás de lo que la tecnología nos ofrece. Nada nuevo. Tanto nuestra ya saliente LOPD como la inminente GDPR que entra en vigor en mayo orbitan sobre el principio de consentimiento en la recolección de los datos, y aquí la clave es la palabra recolección porque, como he dicho, no sabemos qué se va a obtener de ellos a posteriori.

Está claro que es insuficiente, porque en ningún momento nadie nos contó que con unas centenas de clicks nos iban a conocer mejor que nosotros mismos. La legislación debería enfocarse en recopilar consentimiento en la recolección y en el uso que se va a hacer de los mismos, matizando la finalidad de los análisis que se van a hacer sobre ellos. Esto no es fácil en absoluto, pero es que yo no quiero que sea fácil que Facebook, Cambridge Analytics o cualquiera desentrañe mi personalidad.

Concluyendo, ¿por dónde debería orientarse la legislación?
  • El momento en el que obtener consentimiento no debe ser el momento de la recolección de los datos (al menos no solamente), sino el momento de la utilización de los datos.
  • Los deberes de información (en sus numerosos aspectos introducidos por GDPR) y la necesidad de recabar el consentimiento debe referirse, no solo al hecho de que se recaben datos primarios, sino también a la información que se puede extraer de un análisis de éstos.
  • El consentimiento debería dejar de ser un cheque en blanco, ya que no sabemos el valor de la información que vamos a obtener. Debería ser gradual y limitado en el tiempo. Con límites dependiendo de los fines.
  • El derecho al olvido debe ser absoluto. Incluso el propio Zuckerberg reconoció no ser capaz de eliminar la información que Facebook tiene de él mismo ¿Cómo íbamos a hacerlo los demás, simples plebeyos?
  • Por último algo en lo que pecamos todos nosotros y no sólo el mundo de las leyes; debemos rebajar el nivel de sofisticación y tecnicismo del lenguaje para que cualquiera entienda qué se va a hacer con sus datos y en qué momento. Quizá así alguien se lea alguna vez los términos y condiciones de los servicios.
Con esto no se arregla todo. No vamos a poder evitar los escalofríos del gélido aliento del fantasma del Gran Hermano, pero es un primer paso. Queda muchísimo por hacer.

Artículo firmado por:
Koldo Urcullu (kourcul@protonmail.com)

Fuentes:
  1. Elena GIL, "Big Data, privacidad y protección de datos" AEPD, BOE, 2015
  2. Lutz FINGER. «Recommendation Engines: The Reason Why We Love Big data». Forbes Tech (2 de septiembre de 2014).
  3. Cynthia DWORK. «Differential Privacy». Microsoft Research
  4. Kenneth Neil CUKIER y Viktor MAYER-SCHÖENBERGER. «The Rise of Big data. How It’s Changing the Way We Think About the World». Foreign Affairs Vol. 92, n.o 13 (2013).